EL AVIÓN DE LA MUERTE
Atilano, era un piloto que rentaba sus servicios en su pequeña avioneta para fumigaciones agrícolas. Un domingo 30 de marzo de 1979, Atilano salió del aeropuerto de chihuahua acumplir con un
servicio y despegó en su avioneta, a los pocos minutos del despegue una falla lo hizo aterrizar de emergencia en un plano en el monte localizado en los límites de chihuahua, regresó a los dos días acompañado de su amigo Fong y el piloto Quezada, a bordo de una nave Cessna. Para el momento el ejército mexicano tenía la guerra contra las drogas. Volaron durante minutos hasta el lugar donde dejó la aeronave y esta ya no estaba. Decidieron no volar a chihuahua y volaron a Guachochi donde estaban cargando gasolina cuando los militares los detuvieron, a Atilano lo agarraron en un restaurante, Atilano fue acusado de ser parte de los narcos, siempre negó los cargos, después de torturarlo dos días. Los militares al no encontrarle culpabilidad lo obligaron a firmar un oficio, donde decía que se ofrecía como piloto voluntario para llevarlos a recorrer la sierra. El 14 de abril de 1979, hicieron el vuelo con Atilano como piloto, pero este dejó el radio de comunicación abierto para que se escuchara en la torre de control todo, él les preguntaba a los militares ¿porque lo habían torturado de esa manera? hizo fuertes maniobras, ahora voy a estrellar el avión contra el cuartel donde me torturaron, el teniente le suplicaba que no lo hiciera que tenía esposa y familia, Atilano le contestó que él también tenía familia pero que ya lo habían jodido lo suficiente con la tortura y que se estrellaría, que no le importaba morir; en la torre del aeropuerto todo se grababa y estaban sorprendidos, por lo que mandaron 2 helicópteros para que lo persuadieran de no estrellarse pero al ver que Atilano maniobraba para estrellarse directo a las oficinas militares decidieron ya no seguirlo y aterrizar. Atilano decidió no estrellarse en el edificio militar porque al lado estaba una primaria y llevó el avión a una loma donde lo estrelló muriendo todos a bordo.
Ese día la esposa de Atilano ya había conseguido una orden de libertad, pero él nunca lo supo.